viernes, 9 de septiembre de 2011

Suena muy egoísta y de una persona con poco sentimiento lo que voy a decir pero, a veces quisiera no querer a la gente, no encariñarme con ellos. Pero no porque sea despreciativa y no quiera sentirme querida o querer a otra persona -ya que eso me encanta-, lo que pasa es que tengo miedo, mi miedo es cuando alguien en algún momento de nuestras vidas se vuelve tan importante que son capaces de hacernos daño sin darse cuenta, y hasta siendo capaces de quitarte todo lo que algún día te han dado. Suena muy feo esto, pero de verdad que me siento así a veces, es que confié tanto en personas que no tenia que confiar, quise tanto a personas en las cuales no tenia que querer, que al sentirme tan confiada demostrando mis sentimientos, terminaron fallandome. Entonces no me gusta encariñarme con nadie porque siento que tarde o temprano van a lastimarme. De verdad que admiro a la gente que se siente estúpidamente feliz, confiada de que nunca nadie les hará daño. Pero creo que eso depende de cada uno, ya que con las determinadas cosas que a uno le sucede en la vida aprendes de todas estas cosas, y por una parte me siento orgullosa al haber aprendido que no debo confiar tanto en la gente como lo hacia anteriormente.. aunque desearía que a veces las enseñazas que nos da la vida, no fueran tan dolorosas, desearía no haber vivido tantos golpes, tantos tropiezos y haber aprendido de alguna forma menos dolorosa o simplemente haber nacido con estos conocimientos. Pero cuando me pongo a pensar digo: ¿de que me sirve vivir si ya se como son las cosas? además de que la vida seria aburrida así, no nos serviría de nada saberlo todo ya que no hubiéramos vivido en carne propia las enseñazas -por mas dolorosas que sean- sin saber si es verdad o mentira lo que hemos aprendido. Hace días que estas dudas están dandome vueltas en la cabeza, por momentos pienso algunas cosas, por otros momentos otras pero siempre tengo presente en mi mente una frase que es muy cierta, que aunque me halla dolido o no, no me voy a arrepentir de nada que me halla hecho feliz.

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