jueves, 16 de junio de 2011

Cuando alguien muy allegado a nosotros muere, sentimos que también morimos nosotros, sentimos que se nos va una parte de nuestra vida, sentimos como el corazón late cada vez mas lento, sin ganas de querer seguir latiendo.. Lo único bueno que nos queda es el recuerdo de ese ser que se ha ido, pero muchas veces no nos basta con eso, porque por mas de que hallamos tenido muy buenos recuerdos junto a esa persona quisiéramos haberla aprovechado mucho mas tiempo o haberle demostrado mas nuestro cariño, pero nos damos cuenta de que es tarde y no podemos remediarlo. Cuando esa persona muere queda un silencio eterno, donde falta esa voz para atrevernos a decir: 'te quise, te valore mucho' Cuando alguien muere cada abrazo, cada risa nos hace acordar a los momentos que vivimos con  esa persona, no hay nada que nos haga olvidar las cosas que vivimos.. siempre algo nos va a traer su recuerdo. Nunca vamos a poder superarlo del todo, solo se deja a un lado ese mal para poder seguir con nuestras vidas, pero cosas como esas jamas se olvidan. Y cuando alguien muere, nunca hay que pensar que esa persona se fue, porque por mas de que no este físicamente siempre va a estar con nosotros, cuidándonos y protegiéndonos desde el cielo.. pero ese es el problema: 'desde el cielo' por mas de que sepamos que esa persona sigue estando con nosotros, muchas veces necesitamos de lo físico, como un abrazo, una caricia.. y esas son las cosas que nos hacen extrañar a la persona. En el momento de la perdida es inevitable no recordar todos los momentos vividos y es en ese mismo momento cuando nos ponemos a pensar en todas las cosas que pasamos y nos arrepentimos de las cosas que no hicimos, como las que hicimos también.. como por ej las peleas sin sentido, pero hay nos volvemos a dar cuenta que nada va a cambiar, que esa persona se fue y por mas de que lo aceptemos o no, donde esta es mejor.. suena triste, pero es la cruel realidad.

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