viernes, 30 de septiembre de 2011

Ultimamente estoy demasiado enfadada, furiosa, porque están pasando cosas en mi vida que me hacen ponerme de tal modo. Me cuesta seguir viviendo cuando se tiene tanta bronca, pero es que la vida es tan bella que da pena no poder vivirla por tales disgustos. A veces siento como si mi corazón se inchara tanto que estuviera a punto de estallar dentro mio, como si todos mis órganos fuesen a salirse de mi organismo, de mi cuerpo, como quieran llamarlo. Pero entonces es cuando recuerdo aquellas frases que dice que nada es para siempre y que no debemos aferrarnos a nada; y en ese entonces es cuando realmente entiendo que en esta vida en verdad que no hay que aferrarse a nada porque tarde o temprano esas personas desaparecerán, se marcharan así como si nada, dejandonos con un sabor amargo para continuar. Pero, ustedes se preguntaran, ¿porque saltara con estas frases, si hablaba de otra cosa? Y la verdad es que salto con ello, porque mi furia viene a ese tema, al tema de que estoy harta de que me fallen, de que personas que realmente quiero desaparezcan de mi vida así como si nada. ¿Porque perdemos tanta gente a lo largo del camino? ¿Para que las conocemos, si luego se irán? -y esa es una pregunta que aun no tiene respuesta, pero veré que sale en estos momentos- Yo soy de las personas que creen que todo pasa por algo, y esas personas que aparecen en nuestra vida es por algún motivo, no están ahí porque si. Aparecen para demostrarnos cosas, por ejemplo las personas que te fallan, al principio te da bronca, piensas en porque la tuviste que conocer, pero si reflexionaras verías que por algo estuvo en tu camino y por alguna razón no llego a tu futuro. Y esa perdida te ayuda a comprender que se fue tal vez para demostrarte que no tienes que volver a toparte con personas así, y a su vez te ayuda a ser mas fuerte para emprender un nuevo camino, un nuevo comienzo.

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