miércoles, 16 de noviembre de 2011

Un perdón no puede reparar lo que hicimos mal. 
Para pedir perdón antes,
hay que estar dispuesto a reparar. 
¿De qué sirve pedir perdón cuando,
no  hay manera de reparar lo que hiciste mal?
Cuando no nos perdonan nos obligan a vivir con nuestro error, 
con nuestra culpa. 
Cuando no nos perdonan,
nos obligan a hacernos cargo de lo que hacemos. 
Un simple perdón no puede borrar el dolor que se causó. 
Pedir perdón es poner una curita,
en una herida abierta que nosotros mismos provocamos.
 Insuficiente y a destiempo. 
Recién cuando nos hacemos responsables de lo que hacemos, 
ahí se puede empezar a construir algo distinto.
Suplicando a los gritos, de rodillas, 
implorando en todos los idiomas, pedir perdón no alcanza, 
no repara, no alivia,
si no nos hacemos responsables de nuestras acciones.
Hay cosas imperdonables,
aunque se pida perdón en todos los idiomas..

No hay comentarios:

Publicar un comentario