martes, 6 de diciembre de 2011

De tanto que perdí aprendí a ganar, 
de tanto que llore aprendí a dibujarme sonrisas. 
Conozco tanto el piso que solo me queda por mirar el cielo. 
Toqué tantas veces fondo que, 
cada vez que bajo, 
ya se que mañana subiré. 
Con el tiempo aprendí,
 que debo mostrarme siendo yo misma. 
Tuve que sentir la soledad absoluta,
 para aprender a estar acompañada. 
Di lo mejor de mi para ayudar tantas veces a los demás, 
que aprendí a esperar que me pidan ayuda. 
Hago solo lo que debo, de la mejor forma que puedo 
y sin importarme lo que opinen los demás sobre como soy. 
Vi a tantas personas corriendo por esta vida sin un sentido, 
que aprendí a caminar lento y a apreciar el recorrido por el cual estoy transitando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario